lunes, 30 de abril de 2012

Puntadas de sol

En mi casa el sol brilla las 24 horas del día (y de la noche). Y es que en La Chirina nos suministramos con energía solar, así cuando se hace de noche y encendemos las luces, es el sol el que nos continúa dando luz. Cada puntada que doy con mi máquina de coser es una puntada limpia, y cada vez que abro el ordenador para dejar una entrada en mi blog lo hago usando energía limpia. Tenemos 4 placas de energía fotovoltaica, un generador eólico y las baterías suficientes para acumular la energía necesaria. ¡Me alegra saber que conecto con vosotras desde mi rincón del mundo usando una energía limpia!

Mi máquina de coser.

Las placas fotovoltaicas de La Chirina

El aerogenerador de La Chirina

viernes, 27 de abril de 2012

Un cojín de punto de cruz.

¡Con lo que me gusta el punto de cruz y todavía no le había dedicado una entrada! Aprendí a hacerlo, como tantas otras, de pequeña en el colegio. Aún conservo el mantelito que hice de cuadros turquesas y blancos, conservo y utilizo. Luego vinieron acericos, estuches, bolsas, cuadros... De lo que hice, casi todo lo regalé. Siempre encontraba un buen motivo para regalar algún detalle hecho por mí.

Cuando comencé el cojín que hoy os enseño no sabía cómo iba a acabarlo, ni siquiera sabía que sería un cojín. Me apetecía improvisar, no seguir ningún gráfico, sino jugar con los colores adaptando algunas cenefas que sacaba de aquí y de allá. Finalmente decidí que lo que había estado haciendo durante algunos meses sería un cojín, así que le puse una cremallera y un relleno del tamaño adecuado.

Una buena sombra, un buen cojín... y una buena siesta.

¡Mi Patuquilla siempre acompañándome, hoy la he podido sacar en la fotografía!

Detalle de los bordados del cojín.

jueves, 26 de abril de 2012

Las borracheras de Milú

Milú es el único personaje que acompaña a Tintín en todas sus aventuras. Entre los personajes habituales creados por Hergé, al capitán Haddock lo conocimos en "El cangrejo de las pinzas de oro", a Bianca Castafiore en "El Cetro de Ottokar", a Tornasol en "El tesoro de Rackham el Rojo" y a Hernández y Fernández, si bien los conocemos desde la primera viñeta del primer álbum ("Tintín en el Congo"), aparecen interrumpidamente en el resto de títulos.

Milú, el perro fox terrier de Tintín, es un compañero leal, observador, útil en muchas ocasiones y borrachín en algunas. Vamos a comprobarlo.

La primera vez que Milú prueba el whisky es en "La isla negra" (página 34). ¡Le encantan su sabor...!

¡...y sus efectos!

En "El cangrejo de las pinzas de oro" (página 14), a Milú también le gusta la "champaña".

De nuevo en "El cangrejo de las pinzas de oro"(página 16) Milú bebe whisky...

...y de nuevo Hergé vuelve a usar el mismo recurso gráfico para demostrar la borrachera de Milú (un bucle sobre la cabeza del perro es suficiente para saber cómo se siente Milú).

Los vapores del vino son los causantes de esta nueva borrachera de Milú. ¡Ya van tres en el mismo título! "El cangrejo de las pinzas de oro" (página 55)

Sin darse cuenta, es el propio Tintín quien facilita el whisky del capitán a Milú. "El secreto del Unicornio" (página 22)

Una página después, Milú ya está borracho y esta vez también sorprendido. "El secreto del Unicornio" (página 23)

En la página 19 de "El tesoro de Rackham el Rojo" Milú apesta a whisky y eso a Tintín no le gusta nada.

¡En "Las 7 bolas de cristal" (página 53) a  Milú sólo le faltan unos cubitos de hielo!

Milú aprovecha cualquier ocasión para probar el whisky. "Tintín en el Tíbet" (página 19)

Peligrosa borrachera escalando montañas. "Tintín en el Tíbet" (página 19)

Último álbum de Tintín y última borrachera de Milú. "Tintín y los pícaros" (página 4)

miércoles, 25 de abril de 2012

La comodita de Nancy... ahora es mi joyero

Cuando pequeñas, la Nancy de mi hermana era rubia de ojos claros y la mía castaña con ojos marrones. ¡Quizás queríamos ser justo lo contrario de lo que éramos! A ella le regalaron el armario y a mí la comodita. Todos los accesorios de la Nancy eran preciosos y muy bien hechos, tanto que aún conservo la comoda y no hace mucho la restauré, aunque estaba en tan buenas condiciones que poco trabajo hizo falta para que quedara como nueva. Ya os conté un día que me gusta darle nuevos usos a objetos deteriorados, y que me gusta enseñároslo por aquí.

Lo primero que hice fue quitar los pomitos y pintarlos, luego retiré las pegatinas que traía uno de los cajones con las letras redondeadas de "Nancy", lijé la madera y por último le di una mano de pintura. En principio pensé darle un color nuevo para convertirla en un objeto completamente diferente, pero luego cambié de opinión y decidí conservar su aspecto original. Por internet hay maravillas del mobiliario de la Nancy transformado, pero mi cómoda estaba en tan buen estado, que simplemente quise lavarle la cara. Si tienes curiosidad por saber qué hacen algunas con sus muebles de Nancy pincha aquí.

Después de pasar por chapa y pintura, mi comodita es la de siempre pero rejuvenecida y con un nuevo uso: ahora es mi joyero. ¡Me encanta cómo me ha quedado, y a mi gatita Ariel también!

Mi gatita Ariel y mi joyero.

La cómoda de Nancy restaurada, aunque conservando su aspecto original (exteriores azules, cajones blancos y pomos dorados). 

La comodita de Nancy ahora es un magnífico joyero.



lunes, 23 de abril de 2012

Y sigo dando puntadas...

En cuanto he terminado el bolso que hoy os enseño me han entrado ganas de seguir trabajando con las telas artesanales. ¡Las posibilidades del bordado a mano en tela de lienzo son tantas, que cuando tenga un hueco me pongo a ello!

De momento hoy os dejo este bolso bandolera en tonos azules, mide 19 x 17 cm. y su forma redondeada le da un toque muy coqueto. Por un lado he bordado muestras con festón, cadeneta simple y sobrehilada, tela de araña sobrehilada, punto de coral y punto de gavilla. El otro lado del bolso va adornado con zandungas a juego. El asa de terciopelo mide 136 cm. para poderlo llevar cruzado cómodamente, tiene un pequeño bolsillo interior, va totalmente forrado en una tela también azul con flores blancas y los bordes exteriores van rematados con un cordón a juego. Como cierre, en esta ocasión, le he puesto un cordoncito de algodón. Al asa le he cosido el trébol de cuatro hojas que ya os enseñé la semana pasada, para que la suerte no se olvide de ti.





Interior forrado y con un bolsillo.
Detalle de los bordados a mano del bolso.
Detalle de las zandungas y la tela de araña sobrehilada de la parte trasera del bolso

El trébol de cuatro hojas en el asa para tener siempre suerte.


viernes, 20 de abril de 2012

El Ratón Pérez

Estando el otro día en la sala de espera del dentista, se me ocurrió coser algo para guardar los dientes de leche. Luego, de vuelta a casa, recordé el personaje del Padre Coloma y mentalmente preparé esta entrada mitad costura, mitad Gotas de letras.

En 1911 el Padre Luis Coloma dedicó al rey niño Alfonso XIII un cuento infantil ilustrado por Mariano Pedrero. Cuenta la historia del rey Buby I, cuando se le cae su primer diente de leche y escribe al Ratón Pérez. Esa misma noche el ratoncito, vestido "con sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de lienzo crudo y una cartera roja, terciada a la espalda" llega a la habitación del rey niño. Después de un buen rato de charla le mete por la nariz la punta del rabo, estornuda y se convierte así el niño en un ratón. Durante una noche, juntos hacen un recorrido por la sociedad madrileña. Entre ricos y pobres, buenos y malos, Buby asume su papel de rey.

El rey Buby ilustrado por Pedrero para el cuento del Padre Coloma (1911). Buby era el nombre con el que la Reina María Cristina llamaba a su hijo, el rey Alfonso XIII.

El rey Buby convertido en ratón junto con Ratón Pérez en el cuento del Padre Coloma (1911)

Resulta curioso que el personaje del Ratón Pérez es tremendamente popular en nuestra sociedad, pero el cuento es prácticamente desconocido, no volviéndose a publicar desde 1947 hasta el año 2000 en que María Puncel y Cruz Pintor hicieron una adaptación. En Japón, sin embargo, el relato se reedita continuamente y el cuento del "Koroma Simpu" es muy querido entre los niños japoneses.

Edición japonesa del Ratón Pérez (1953)

Y aquí se acaba la parte de Gotas de Letras, porque ahora os quiero enseñar lo que he estado cosiendo: este mini saquito para guardar el diente caído bajo la almohada y esperar al ratón Pérez. Le he marcado un nombre con cadeneta, lo he adornado con un botón y lo he forrado con batista celeste. Una cinta de color azul cierra el saquito para que el diente no se caiga. Su tamaño es 12 x 6,5 cm.








Todas las ilustraciones de esta entrada están extraídas de la edición facsímil del cuento "Ratón Pérez" y su correspondiente estudio ("Buscando a Ratón Pérez") que la Asociáción española de amigos del libro infantil y juvenil publicó en el año 2002.

¡¡¡Un mes juntos!!!

Hoy hace un mes que comenzó este blog, y en este tiempo sólo me han pasado cosas bonitas, así que a todos los que tenéis algo que ver en ello: MUCHAS GRACIAS.

¡¡Ya hemos sobrepasado las 1.000 visitas!!

Un fuerte abrazo a todos. Bueno a todos no, a los piratas informáticos rusos y alemanes que me van persiguiendo, NO.  

¡Estas flores de mi jardín son para vosotros!

jueves, 19 de abril de 2012

Para evitar miradas indiscretas

El otro día me contaba mi cuñada que a las amigas de mi sobrina cuando tienen la regla, les da muchísimo apuro ir hasta los baños del colegio con la compresa en la mano para cambiarse. No pueden llevar la mochila y no tienen bolsillos en el uniforme. La verdad es que no recuerdo cómo solucionaba yo el problema con esas edades en que la primera regla es, cuando menos, un susto y un incordio. Así que ayer tarde me puse a ingeniar una solución. Lo he llamado "Neceser de camuflaje", tiene el tamaño perfecto para guardar varias compresas (11 x 13 cm.) y el interior va totalmente forrado.



¡Con este botón con forma de sacapuntas, quién diría que dentro van las compresas!

Interior forrado con la misma tela exterior o con otra diferente creando contraste.



martes, 17 de abril de 2012

Tintín (y los enfados de Tornasol)

Los aficionados al cómic, tebeos o historietas se dividen en dos grupos: los que aman a Astérix junto con los habitantes de la aldea gala y los que adoramos a Tintín y el amplio universo que Hergé creó en torno a él. Es como si no existieran más autores y creadores. Y es que cada vez que me declaro enamorada de Tintín, alguien siempre me dice: "yo soy más de Astérix". Como si tuvieran algo que ver el uno con el otro. Pues bien, aceptando esta clasificación y admitiendo que ambas colecciones he leído y disfrutado: me declaro incondicional de Tintín. El trazo fino, limpio y ordenado de Hergé. Las múltiples relaciones entre los álbumes con guiños continuos. Los guiones bien elaborados. Los secundarios que irremediablemente se convierten en protagonistas. El humor delicado. La composición de sus viñetas...

Es así que me he decidido a dejar caer por aquí, y de vez en cuando, pequeños análisis de cositas que me han ido llamando la atención de este personaje y de todos los que le acompañan en sus aventuras. Y es que entre los amigos a mis gotas sé que hay más de un seguidor de Tintín. Por eso la entrada de hoy, con el permiso correspondiente, va dedicada a "mi Fernando". Ya sabes Laura, cuando de Tintín se trata, tu Fernando se convierte en "mi Fernando", aunque sea por un ratito.

Para comenzar, me centro en el Profesor Tornasol. Ese sabio despistado, encantador, duro de oído, pulcro, educado y... de mal carácter. Pues aunque pocas veces, el profesor Tornasol ha protagonizado algunos enfados memorables, casi siempre a causa de los malentendidos que provocan su "sordera".

En la página 39 de "Objetivo: la luna" Tornasol da rienda suelta a su rabia por primera vez.

Y es que cuando Tornasol se enfada se le hincha la vena de la sien (página 40 de "Objetivo: la luna").

Es la página 44 de "Objetivo: la luna" y aún sigue muy enfadado. Hasta la página 45 no cesa su enfado al caer por la trampa que comunica con el piso inferior del cohete y entrar en estado amnésico.

Sólo recupera la memoria cuando Haddock le despierta de nuevo la ira con el mismo insulto que Tornasol no soporta
(página 49 de "Objetivo: la luna")

En "Aterrizaje en la luna" Tornasol protagoniza dos enfados más, aunque de rango mucho menor.

Página 29 de "Aterrizaje en la luna"

La sordera de Tornasol y sus confusiones propician un nuevo enfado en "Las joyas de la Castafiore" (página 33)

Nada más comenzar "Vuelo 714 para Sidney" y Tornasol con su sordera provoca una nueva situación cómica en la página 2.

Un poco más adelante, en la página 7 de "Vuelo 714 para Sidney" hay un amago de enfado con Haddock.

Y es en la página 49 de "Vuelo 714 para Sidney" cuando Tornasol explota en un tremendo ataque de rabia. 

Terminando la colección, en "Tintín y los pícaros" (página 26) Hergé explota el gag sin demasiado acierto.

Nuevamente en "Tintín y los pícaros" (página 42) a Tornasol se le hincha la vena de la sien, pero ni los vaqueros que llevaba en este álbum le sentaron bien a Tintín ni los nuevos tiempos le cayeron bien a Hergé, la situación fue demasiado forzada.


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